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Quererse una misma.

Quererse una misma.

Quererse una misma. Un concepto tan duro de comprender?.

Por Claudio Valerio


Cuando eres muy joven, tu amor propio proviene del amor de los demás, pero en el momento en que te conviertes en una mujer, conoces tu propio valor y te quieres a ti misma.
Ningún hombre puede darte amor propio, pero puedes permitir que muchos te lo quiten.

Saber lo que vales, significa saber que no mereces menos que ser amada de verdad, con locura, con profundidad, de manera incondicional y devota, en exclusividad. Saber que no te contentarías con otra cosa.

Porque debes saber que esa es la única forma de amar...

Las mujeres viven en sus corazones; son seres emocionales. Claro que a lo largo del día visitan el cerebro. Las mujeres dirigen empresas y bancos, publican revistas, viajan al espacio, cambian valores en la Bolsa, cierran negocios de millones de dólares en la industria del cine, salen elegidas como candidatas a cargos políticos, presentan las noticias, dictan fallos en los tribunales y ganan premios Nóbel.

Pero a pesar de todo, las mujeres se despiertan y se van a dormir con el corazón. El corazón es el centro de su sistema solar particular. El resto, hijos, trabajo, familia, amigos y necesidad por expresarse. En definitiva, son los planetas que giran alrededor del corazón y dependen de su energía para dar luz y calor.

¿Cuántas veces se han visto obligadas a dejar de hacer algo cuando están en casa, o en el trabajo, por los hijos? ¿Cuantas veces se vieron obligadas a cancelar una cita, posponer un plazo, dejar de lado algo que tenían planeado hacer, por culpa de una necesidad inminente de organizar, compartir, analizar, discutir con una amiga íntima alguna cosa sobre su vida?. Al punto que hasta no haber solucionado estos asuntos emocionales, no es posible volver a hacer números antes de esa reunión de trabajo.

Buscan la paz a cualquier precio.

Cuando el corazón de una mujer se agita intranquilo, no puede invertir su tiempo, su energía creativa y su emoción en nada.

Cuando el corazón se encuentra en peligro, su yo auténtico se deja llevar por su tendencia primordial: Eliminar los bloqueos, abrir el corazón para recibir y proyectar amor, centrar el corazón y alinearlo con lo que es realmente importante para seguir adelante, es decir, con la vida misma.

No hay nada más importante para una mujer que mantener una relación sana con los que la rodean, su amante, su compañero, sus padres, sus hermanos y sus amigos.

El corazón de una mujer: se sostiene con los lazos que la unen a aquellos que ama.

El corazón de una mujer es el conjunto de sus necesidades. Su confusión. Sus preferencias. Sus prioridades. Sus problemas. Su dolor. Sus inhibiciones. Su estrés. Su miedo. Sus decepciones. Sus expectativas. Sus fobias. Sus cosas...

Cuando se pelean con una persona a la que quieren o ésta la deja de lado, lo único que importa es llegar al corazón del asunto.

En cuanto consíguen mitigar o solucionar cualquier problema que se refería a sus relaciones importantes e íntimas, cuando la herida se ha cerrado, o mejor, cuando son capaces de reconocer que su comportamiento malvado, desagradable, insistente, desconsiderado o egoísta no tiene nada que ver con ellas; las mujeres se centran con una rapidez sorprendente. Cuando están tranquilas, cuando se sienten queridas y quieren, recuperan el ritmo y salvan al mundo con una sonrisa.

Siempre se ha dicho que no existe nada en absoluto que dos mujeres no puedan solucionar antes del mediodía, si se les deja solas para que reflexionen... El caso, claro está, de que ninguna de las dos tenga problemas con su marido o su compañero.

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