Esas cochinas cadenas de mails...
1. Ya no voy más al cine por miedo a sentarme sobre una aguja infectada con sida.
2. Huelo mal porque no me pongo desodorantes, ya que pueden provocar cáncer.
3. Dejé de tomar agua embotellada, porque es más peligroso que fumar.
4. Ya no estaciono mi auto en ningún supermercado, porque tengo miedo de que alguien me dé una muestra de perfume para drogarme y violarme.
5. No atiendo el teléfono por si me piden llamar a un número largo y estúpido y recibir después una factura infernal con llamadas a Uganda, Singapur o Tokio.
6. Suspendí el consumo de varios alimentos por miedo a los estrógenos, a los transgénicos, a los bromatos y a no sé cuántas cosas más.
7. Dejé de comer pollo y hamburguesas porque no son más que carne de engendros horripilantes sin ojos ni plumas, cultivados en un laboratorio.
8. Cuando salgo a bailar, no miro a ninguna chica, aunque esté muy buena, porque tengo miedo que me lleve a un hotel y me drogue para después quitarme un riñón y venderlo en el mercado negro.
9. He suprimido el sexo por miedo a que me vendan los preservativos pinchados y me contagie de sólo Dios sabe qué porquería.
10. Dejé de tomar cualquier cosa que venga en lata por miedo a morir envenenado por la meada de los ratones.
8. Doné unos U$ 1.000 de mis ahorros a las 638 cuentas de Brian Miranda, un niño enfermo que estuvo a punto de morirse unas 7.245 veces en 4.354 hospitales y que tiene siete años desde 1993 (vaya forma de descubrir que es mentira que los chicos crecen).
9. He sabido 170 veces que Msn Hotmail iba a cerrar mi cuenta.
10. Conozco la fórmula para no ser nunca más soltero. (Sólo es necesario escribir el nombre de una persona en un papel y pensar mucho en ella y después frotarse el trasero dando vueltas en el sentido de las agujas del reloj alrededor de un 600).
11. He recibido no sé cuántas facturas, ya que desde el uno de agosto se dice que MSN es pago.
12. He reenviado muchos mensajes para comprobar algo muy bueno, pero todavía no sé qué era.
13. Dejé de hacer, tomar y comer tantas cosas, que casi me muero de aburrimiento, de hambre y de idiotez...
De lo que sí estoy seguro es de que todos mis problemas y males son a causa de alguna cadena que rompí u olvidé seguir, y por eso me cayó encima una maldición del demonio.
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