Que es una niña
“Las niñas vienen en cinco colores: negro, blanco, rojo, amarillo y café… y usted siempre obtiene su color favorito al hacer su pedido”.
“Para ellas no existe la ley del precio; hay millones de niñas pequeñas, pero cada una es tan valiosa como una finísima joya”.
“Cuando son creadas, se utiliza parte de la materia de muchas de las criaturas de la naturaleza: del ruiseñor, los cantos; de la mulita, la terquedad; del chango, las monerías; los brincos del chapulín, la curiosidad del gato, y añádale la mente incomprensible y misteriosa de la mujer”.
“Ella puede ser la más cariñosa del mundo y también la más necia. Se la encuentra brincando, cantando y haciendo toda clase de ruidos que la enojarán.
Cuando le llaman la atención, se queda quietecita, humilde, con ese brillo celestial en su mirada.
Ella es la inocencia jugando con todo, la belleza echando maromas y también la más dulce expresión del amor materno cuando acaricia y duerme a su muñeca”.
“Una niña nace con la leve aureola de brillo angelical del que siempre queda el suficiente halo de luz para robarnos el corazón, aun cuando llore a todo volumen, haga una rabieta o camine por la banqueta presumiendo con las ropas y zapatos de mamá”.
“Le encantan los zapatos nuevos, las muñecas, los helados, los vestidos domingueros, los moños de listón para adornarse el pelo, el kinder, los animales caseros, jugar a la casita y a la tiendita, el baile, los libros de iluminar, el colorete y el perfume… No le gustan los perros grandes ni los niños, ni que la peinen el pelo”.
“Es la más ruidosa cuando usted piensa en sus problemas, la más bonita cuando lo ha hecho desesperar, la más ocupada a la hora de dormir, la más seria e irritable cuando quiere lucirla anta las visitas y la más coquetuela cuando usted ha resuelto que, definitivamente, no volverá a salirse con la suya.
Nadie le da mayor disgusto o alegría, o el más legítimo orgullo que esta rara mezcla de Caperucita Roja y el Ratón Miguelito”.
“Puede desarreglarle sus papeles de trabajo, el pelo y la cartera; y precisamente en ese instante aparece su aureola angelical quitando como por encanto su disgusto.
A veces le desesperarán sus gritos y alborotos, pero cuando usted se siente solo ve al mundo en contra suya y sus anhelos y esperanzas parecen más distantes… ella lo transforma a usted en rey con sólo sentarse en sus rodillas, abrazarlo tiernamente y decirle al oído: “Te quiero mucho
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