Hoy en día las pastillas son la alternativa fácil para cualquier persona que no se encuentra en su peso y necesita en apenas un par de meses bajar rápidamente unos kilos.
Pero se debe tener en cuenta que se asume un riesgo muy importante a la hora de hacerse de estos medicamentos, si no hay un control correcto sobre las mismas pueden provocar desde adicciones hasta efectos secundarios que provoquen la muerte.
Lo ideal ante cualquier dieta con pastillas es consultar a un experto nutricionista especializado, que sepa lo que vamos a tomar y si nuestro cuerpo (por nuestra historia clínica) puede aceptarlas.
Después, entender que no existe la pastilla milagrosa que permita adelgazar sin que sigamos una dieta hipocalórica como también ejercicios para quemar las grasas excedentes. Por eso, debes abrir bien los ojos y pensar con la cabeza a la hora de adquirir pastillas que venden por Internet o Televisión que aseguran hacernos bajar unos cuantos kilos en sólo un par de días y sin esfuerzo alguno.
Debemos de distinguir entre los distintos tipos de pastillas y sus usos o riesgos, para comenzar, los diuréticos o laxantes naturales (té verde o ciruela) son útiles para cualquier tipo de problema digestivo que ocasione estreñimiento o retención de líquidos. Su función es la de acelerar el proceso de expulsión tanto de orina como de heces, con ellas no podremos perder peso y corremos el riesgo de deshidratación (por la eliminación de líquido excesiva) que conlleven a vértigos, anemia y fatiga.
Los denominados inhibidores de absorción de grasas se utilizan principalmente para casos de obesidad siempre bajo la receta de un especialista, se deberá de poseer un mínimo de 30% de sobrepeso para su uso y la función es la de obligar a las lipasas (un tipo de enzimas) a rechazar las grasas para evitar que sea integrada al organismo, expulsándose en la orina. Sus riesgos son muy peligrosos y van desde el aumento de presión arterial, fatiga y sequedad en la boca hasta aceleración del ritmo cardíaco que podría derivar en complicaciones cardiovasculares.
Existen otras pastillas que son las de efecto de inhibición del apetito, funcionan ingresando al estómago y expandiéndose dando la sensación de saciedad, algunos productos conocidos contienen glucomanano, y pectina. Utilizadas para el tratamiento de la obesidad, se indica una toma de 10 a 30 minutos antes de la comida, el riesgo es estrictamente en el sistema digestivo puesto que puede generar molestias u obstrucciones por un mal uso.
Por último, las drogas inhibidoras del apetito son las que contienen anfetaminas, efedrinas y cafeínas; peligrosas y de estricta prescripción médica suelen actuar directamente en el sistema nervioso central bloqueando o suprimiendo los deseos de apetito a nivel de neurotransmisiones. Un indebido uso de estas drogas puede ocasionar desde disfunciones intestinales, hasta distintos tipos de daños endocrinos, cánceres o desórdenes nerviosos y adicción.
Ahora ya sabes, si quieres hacer dieta, antes que nada visita un profesional, él te ayudará e indicará cual es el tratamiento adecuado para tu cuerpo; no compres este tipo de medicamentos sin una receta porque son más las consecuencias malignas o contraindicaciones que los beneficios a obtener.
Recuerda, con predisposición, conducta y una estricta dieta tienes varios kilos menos asegurados.
Claudio Valerio Valerius |
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