Hablar...
Hablar
El discípulo no podía reprimir las ganas que tenía de contarle al Maestro el rumor que había oído en el mercado.
-- Aguarda un minuto, dijo el Maestro.
--Lo que piensas contarnos ¿es verdad?...
No lo creo...
--¿Es útil?...
No, no lo es.
--¿Es divertido?
No.
--Entonces, ¿por qué tenemos que oírlo?.
Un abrazo. Claudio Valerio.
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