EL ROL DEL FACILITADOR
Por Ing. Claudio Valerio
La tarea más o menos explicita que se propone el facilitador al planificar y
realizar cada indagaci6n puede definirse como el intento de descubrir, entre
otras cosas, cierto tipo de interacciones que. entorpecen el desarrollo
pleno de la actividad propuesta con el grupo de trabajo. Pero también toma
como objeto de indagación el descubrimiento de los factores que favorecen
este desarrollo aludido.
El facilitador aborda cuestiones fundamentales y, al indagar en profundidad
tanto en individuos como en grupos, debe evitar de los mismo conductas de
huida que sufrir el influjo de las opiniones de su medio inmediato.
Por otro lado saber que está incluido, comprometido, en el terreno mismo de
sus indagaciones, y que al operar produce de cualquier manera un impacto
determinado.
La posibilidad de realizar su trabajo depende en gran medida de un clima
particular, que se puede preparar o coordinar por medio de técnicas de
planificación, transformando esta situaci6n en el campo propicio para la
indagación activa.
El facilitador actúa como orientador, favoreciendo la comunicación
intragrupal, tratando de evitar la discusi6n frontal. El observador registra
todo lo que acontece en el grupo a través de un enfoque panorámico.
Se cumplen funciones de educar, de despertar interés y trasmitir
conocimientos, pero por medio de una técnica que redunda en economía de
trabajo de aprendizaje. Es decir, que su finalidad es lograr una
comunicación dentro del grupo que se mantenga activa y creadora.
Su método consiste, entre otras cosas, en observar los elementos comunes a
cierto tipo de problemas y analizar las posibles soluciones; aún en los
casos en que no se introduzcan nuevos medios, busca la optimización de los
ya existentes. El terreno en el que más frecuentemente se ha utilizado la
indagaci6n operativa es el de los llamados problemas ejecutivos que surgen
de la necesidad de división, especialización y coordinación de las tareas
comerciales e industriales
En estas técnicas grupales la función del facilitador consiste esencialmente
en crear, mantener y fomentar la comunicación, llegando ésta, a través de un
desarrollo progresivo, a tomar la forma de una espiral, en la cual coinciden
didáctica, aprendizaje, comunicaci6n y operatividad.
La tarea esencial del facilitador es dinamizar, resolviendo discusiones
frontales que ocasionan el cierre del sistema.
Teoría y práctica se integran en una praxis concreta, adquiriendo esta su
firmeza operativa en el campo mismo del trabajo, en forma de logros
determinados que siguen esa espiral dialéctica. El esquema conceptual,
referencial y operativo se transforma así en el instrumento de trabajo de
cada individuo en su interacción grupal orientada.
Se puede decir que la comunicación es un contexto que incluye un mundo de
señales que todos aquellos que se intercomunican saben codificar y
decodificar de la misma manera. Se puede definir también el esquema
conceptual, referencial y operativo en términos de comunicaci6n e
información, configurando situaciones de entendimiento y de mal
entendimiento.
Se debe identificar básicamente el acto de enseñar y aprender con el acto de
adquirir, indagar o investigar, y caracterizar la unidad “enseñar y
aprender “ como una continua y dialéctica experiencia de aprendizaje en
espiral, donde en un clima de plena interacción descubren o redescubren,
aprenden y se “enseñan”.
Esta situaci6n tiene que ver con la relación existente entre la motivación y
la acción consiguiente, y con el efecto que la estructura grupal tiene sobre
la disposición del individuo para modificar o conservar ciertas pautas de
conductas. Relacionado esto con un aspecto fundamental de la determinación
de la acción humana: cómo modificar la conducta de un grupo en una situación
de cambio, para que ella no recaiga al poco tiempo en la pauta anterior ya
superada.
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