Estimado Señor vicepresidente de mi país, Don Julio Cobos
Estimado vicepresidente de mi país
Imagino qué difícil debe haber sido todo ésto para Ud. Tal vez, o no, estuvo
muy solo hasta el jueves 17 a las 4.20hs., pero a partir de ese momento debe
saber que lo acompaña casi todo el país.
Con los años uno comprende que el mayor valor personal es el de la
tranquilidad con uno mismo, con su conciencia y con Dios. Ud. lo entendió.
Más allá de lo que le queda por delante, que no será menos difícil por
cierto, tiene Ud. ahora a su lado a millones de personas que exigimos ese
tipo de conducta de nuestros gobernantes: mesura, serenidad, transparencia,
coraje, independencia de criterio, firmeza al tomar decisiones, respeto a sí
mismo, compromiso con la palabra empeñada.
No se mueva de ahí Julio. Ud. logró en minutos lo que no había logrado en
años. Si pudo ésto, podrá mucho más. No deje de dar a nuestro país lo que
tanto necesita.
No entendí su alianza con Cristina, imagino que tuvo sus razones. Siga junto
a ella pero no mezclado. Sabemos leer quién es quién. Le hemos abierto un
crédito enorme. No lo dilapide.
Si Cristina analiza objetivamente la situación, sabrá cuánto le convendría
afianzar su alianza con Ud. para apoyarse en su tolerancia, en su apertura,
en una serenidad que ella no tiene en su actual entorno.
Ud. ama la política de otro modo no hubiera llegado adonde está.
Se vio en la imagen que tenemos de San Martín con su cara reemplazando a la
de Don José? No le parece extraordinario ésto? Jamás se había comparado a
nadie con Don José de San Martín. Imagine el impacto de su decisión.
SIGA HONRANDO A LA POLITICA, SIGA RESCATANDOLA DEL FANGO, SIGA ESCRIBIENDO
PAGINAS EN EL LIBRO GRANDE DE LA HISTORIA ARGENTINA.
Felicito y agradezco su decisión de privilegiar el interés general por sobre
el personal y el formidable ejemplo que dio con respecto a lo que significa
ser fiel a sus convicciones.
Cordialmente,
Claudio Valerio
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