Blogia
Campamento Virtual

Mensaje de mi Tierra 2

Mensaje de mi Tierra 2 Quieres seguir nuestra comunicación?

Te decía, querido terrícola, que ibamos a hablar de tu especie.

Tus lejanos antepasados hicieron su aparición hace alrededor de cien mil años. Para que puedan vivir, tenían que existir aire respirable, agua pura y alimentos adecuados: sin el oxígeno del aire no podrías sobrevivir, porque todos tus órganos, en especial tu cerebro y tu corazón, sin él no pueden funcionar; tu cuerpo está compuesto de más de setenta por ciento de agua, la cual tiene que renovarse constantemente para el normal desarrollo de sus funciones vitales. Lo mismo pasa con los diferentes alimentos que te son necesarios. Volveremos a hablar de eso en detalle en mis futuros mensajes.

Durante muchos milenios la presencia del Hombre no se hizo notar: frente a la Naturaleza que lo rodeaba, tu especie estaba tan indefensa que su evolución fué muy lenta: eran pocos, vivían pocos años y en pequeños grupos. Su existencia era muy precaria en medio de una Naturaleza hostil que lo dominaba.

Sin embargo algo los distinguía de los otros animales: empezaron a usar objetos que daban más fuerza a sus miembros. Los usaban como herramientas o como armas, para conseguirse los alimentos, abrigarse y defenderse de otros animales o de miembros de su misma especie.

Poco a poco fueron progresando en el conocimiento del medio que los rodeaba y en su utilización para su provecho.

Durante largos siglos, se limitaron a recoger frutos y plantas, cazar animales y pescar. Se los comían sin más preparación. Un enorme adelanto fué la captación y el uso del fuego. Fué tan importante que se creyó que el fuego había llegado desde el cielo, raptado de los dioses. Más adelante lograron iniciarlo a su antojo. El fuego cambió sus vidas: lo usaron como protección contra las fieras, para la calefacción de las cuevas en que vivían y para la preparación de sus alimentos.

Fueron así alejándose cada vez más de los grandes monos, con los cuales sin embargo tenían grandes semejanzas corporales. El Hombre es el único que usa el fuego. Los animales le tienen pavor y huyen de él.

Por una fuerza interior distinta a las demás creaturas, el Hombre empezó a dominarlas, a inventar nuevos usos cada vez más adaptados a sus fines. Al principio, a modo de proyectil, usaba la piedra tal como la encontraba, eligiendo sólo las que se adaptaban mejor a sus manos, luego la usó tallada en forma tosca, luego cada vez más "a punto", hasta usarla pulida: se encontraron así puntas de flechas, cabezas de hachas y anzuelos, en diferentes estados de perfección.

Pero tenían que desplazarse mucho y un día alguién pensó que sería mejor tener los alimentos más cerca de casa: fué el principio de la "domesticación" -en latin domus significa casa- de algunos animales y vegetales. Ejemplos de los primeros son él de la gallina, el cerdo y el vacuno, domesticados en la China y él del pavo, domesticado en América. Ejemplos de la domesticación de vegetales es la del maíz, domesticado en Méjico desde más de tres mil años antes de Cristo, la de los zapallos, los porotos, los frijoles, los pimientos, los aguacates o paltas y las papas, domesticados en América.

Le era necesario desplazarse para otros fines que la alimentación: para lograrlo con menos esfuerzo y más rápido, el Hombre domesticó también animales: en la China se empezó la domesticación del caballo, vehículo de las grandes invasiones de asiáticos a Europa, en la India se domesticaron los elefantes, en Africa del Norte el camello y en América andina las llamas.

Así el Hombre empezó a transformar poco a poco el ambiente en el cual vivía.

En mi próximo mensaje te diré algo de lo que pasó luego.

Tu amiga la Tierra

0 comentarios