Mensaje de mi Tierra (4)
En mi tercer mensaje te dije algo de los grandes cambios que el Hombre ha empezado a realizar hace alrededor de doscientos cincuenta años: dí el ejemplo de la utilización del vapor como fuente de energía para la fabricación de textiles y de metales, luego en los ferrocarriles. Es dificil imaginar hoy la revolución producida por la difusión de los ferrocarriles en Europa y, más tarde, en las otras partes del mundo.
Ayuda a comprenderlo el saber que un vagón transporta de diez a quince toneladas de carga. Para transportar la misma cantidad, se necesitan diez caballos con su carro, o cincuenta camellos, o cien asnos y mulas, o trescientos treinta hombres.
A eso hay que añadir el cambio en la velocidad de transporte, que favorece las grandes distancias.
De los transportes terrestres el uso del vapor pasó luego a los marítimos, con la puesta en servicio de barcos equipados primero de grandes ruedas motrices actuando como remos en rotación circular y luego con las helices que conocemos todavía hoy.
Fué la era de los "vapores" para el transporte de carga, y la de los "trasatlánticos" para el transporte de pasajeros, en un momento en que tomaba auge la gran emigración europea hacía América, principalmente del Norte, a través del Océano...Atlántico.
La máquina de vapor sirvió también para transformar el trabajo agrícola, con el uso de tractores y de máquinas. En unos decenios, la vida de millones de seres humanos cambió, al poder trasladarse a distancias cada vez mayores en un tiempo cada vez menor; al mismo tiempo, los productos de países siempre más numerosos entraban a un comercio internacional siempre más intenso.
Se ve así como un solo invento, él de la fuerza de expansión del vapor, tuvo un número cada vez mayor de aplicaciones que transformaron las diferentes actividades humanas, y me transformaron también a mí cada vez más.
En efecto, había que "fabricar el vapor" y, para lograrlo, había que utilizar leña, y para eso cortar árboles. La enorme difusión del uso de la máquina de vapor tuvo como consecuencia una creciente deforestación en diferentes partes del mundo. Cuando se sabe que, para producir dos toneladas de hierro, se necesitaban los árboles de un kilómetro cuadrado de bosque, se entiende facilmente que, por una parte se haya producido una fuerte disminución de los bosques en los países que empezaron la revolución industrial, y por otra parte, se haya buscado un sustituto a la leña de bosques actuales, utilizando la leña petrificada de bosques antiguos, desaparecidos hace millones de años y que yo conservaba en el interior de mi corteza: como tu lo sabes, esa leña petrificada es el carbón mineral.
Su uso eliminaba una causa de deforestación, pero se pasaba de un recurso renovable a corto plazo, a otro, no renovable a escala humana, porque para formarse ha necesitado millones de años.
A la extracción del carbón se añadía la del mineral de hierro y luego de otros metales. Como nunca antes, los hombres empezaron a cavar mi superficie, con el fín de utilizar mis reservas hasta entonces casi intactas...
El Hombre llevaba en sí otro deseo muy profundo, él de hacer retroceder la Muerte, ya que la duración de la vida alrededor de 1750 no pasaba de los cuarenta años.
De eso te hablaré la próxima vez.
Tu amiga la Tierra
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