Mensaje de mi Tierra (8)
Te decía en mi carta anterior que, para vivir, necesitas aire, en cierta cantidad y de cierta calidad. También necesitas agua; tu cuerpo está compuesto de más de setenta por ciento de agua y no puede resistir a una fuerte reducción de ese líquido. Cuando se presenta el temible cólera sabemos que la deshidratación aguda que provoca puede causar la muerte.
Como el aire que respiras, el agua que consumes debe estar exenta de elementos nocivos. Por otra parte, el agua que eliminas por la transpiración o por excreción tiene otra composición, porque contiene desechos del organismo.
No solamente tu cuerpo necesita y elimina agua; lo mismo hacen los animales y los vegetales. Muchas actividades humanas requieren el precioso líquido y, a su vez, producen desechos.
¿De donde viene y adonde va tanta agua?
Ya sabes que, además de mi parte gaseosa, la Atmósfera, tengo una parte líquida o Hidrosfera- o si prefieres una esfera de agua! Es la parte mía que contiene tu reserva de agua: los océanos, los hielos de los polos y los continentales de las altas montañas, los ríos, los lagos y las lagunas. Del total de mi agua, se estima que el 97% se encuentra en los mares y los océanos, principalmente en el Hemisferio sur. Del 3% restante, las tres cuartas partes se encuentran en los casquetes polares y en los glaciares, el cuarto restante se encuentra particularmente en estado líquido como agua subterranea y una mínima parte en estado gaseoso, como vapor de agua, en mi Atmósfera.
La vida depende de esta cuarta parte -o sea del 0.75% del total del agua- para la fotosíntesis de las plantas, la respiración de los vegetales y animales, su transpiración, la excreción ...y el consumo directo!
Pero este menos de un por ciento que se consume no puede estar contaminado, tiene que estar sano para que la vida sea posible.
Desgraciadamente, el enorme aumento de tu especie y la diversidad de sus actividades, principalmente industriales, provoca una contaminación cada vez más grave del recurso agua.
Cuando los hombres eran pocos y no existían las industrias, el hecho de volcar los desechos a los ríos y al mar no era grave; bajo el efecto de la humedad y de la radiación solar, los desechos se descomponían rapidamente y gran parte de ellos servía de nutriente para las plantas y los animales acuáticos.
Pero ahora que los hombres son más de seis mil millones y que muchos viven en grandes aglomeraciones de varios millones de habitantes, la cantidad de desechos es tal que éstos perjudican la vida de las plantas y de los animales que viven en los ríos y en los océanos y amenazan también a la vida humana, por su estrecha dependencia con las otras espécies.
A eso se añade la contaminación marina provocada por ciertas indústrias y por los derrames de petróleo o de otros productos tóxicos. Para responder a la demanda de petróleo y de sus derivados por parte de la Sociedad actual, se han construído buques tanques de enormes dimensiones y un solo derrame puede provocar daños gigantescos a la flora y la fauna marinas y a las de las costas vecinas.
Así, otra condición de la vida se encuentra peligrosamente amenazada.
Supongo que comprendes ahora mi preocupación por tí...
Tu amiga la Tierra
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